martes, 8 de diciembre de 2009

El gran amor de John

La canción con la que recuerdo haber escuchado y visto a los Beatles por primera vez fue Twist and shouts (Medley/Russell). Sin duda la interpretación de John era lo que más llamaba mi atención, esa voz raspada, casi desgarrante y el famoso “uuuh” de George y Paul eran, sin duda el sello característico para los primeros años del cuarteto, además claro, no olvidemos la movidita de melena de Ringo. Los vi en un programa llamado Estudio 54 con Jaime Almeida, lo que a principios de los años ochentas era algo así como el "YouTube" mexicano y donde podías ver grabaciones de rock n’ roll de los 50’s y 60’s. Sí, “hasta ahí, hasta su pantalla”. El programa estaba dedicado a John, era el sexto aniversario de su muerte. A partir de ahí yo quería ser como John, ser un Beatle. Aunque después, me incliné más hacia las composiciones de McCartney, claro que sin dejar de gustarme las de Lennon y las de George.
Conforme escuchaba la música de los Beatles de la coleción de mi padre, además de ver los documentales por televisión y leer los libros de mi hermano mayor; mi pasión por el cuarteto se incrementó y como algunos fans comencé a repudiar a Yoko Ono: la culpable del rompimiento del grupo, sólo llegó a joder todo, pinche japonesa entrometida, sonsacó a John y por eso la banda se desintegró, pensaba yo en mis primeros años de beatlemano. Entonces vinieron el documental Imagine y después las Antologías y la perspectiva que tenía de Yoko, cambió.
John Lennon, como ya sabemos por varias biografías autorizadas y no autorizadas, fue un chico problema en la secundaria, el rebelde, el rockanrolero, cuando formó el grupo era el líder moral y el que llevaba el estandarte de la generación, el primer Beatle. El cómplice musical perfecto para McCartney y viceversa. El liderazgo de John era nato, era irreverente, hilarante, gracioso: “Era el clásico tipo de sangre pesada pero que te caía bien cuando cruzabas palabras con él y si lo mirabas bien a los ojos descubrías una gran ternura en su interior”, dice Ringo en una entrevista para la BBC.
Después de la muerte de Brian Epstein y de que tomaran la decisión de que ellos mismos se encargarían de los asuntos de relaciones públicas de la banda fue cuando los egos, las confrontaciones y las diferencias llegaron. John conoció a Yoko en el mejor momento para ambos, Los Beatles se disolvieron y John comenzó a ejercer su otra “carrera” (que no podía realizar por acuerdos que existían con la banda) como activista en contra de las políticas de EUA en la década de los setenta, su inclinación pacifista y sabiendo que de alguna manera él podía encabezar a toda una generación que crecia a su lado, junto con su música y eso lo motivaba a participar en distintos movimientos como contra la Guerra de Vietnam, la liberación de John Sinclair (activista y músico) y conciertos que financiaban varios movimientos como los de "Las Panteras Negras" (organización antirracista). En fin, Yoko era la compañera perfecta para llevar a cabo esos proyectos y movimientos antipolíticos y es que no hay que olvidar que John antes que músico se consideraba humanista.
Sin duda, Ono comienza a ser la gran influencia de Lennon en su carrera en solitario, enseñándole distintas corrientes y movimientos del arte en general, así lo afirma el propio exbeatle. John comenzó a demostrar la influencia de Yoko en su música y performances: La manifestación por la paz desde la cama de un hotel en Montreal, Canadá; La entrevista que dieron dentro de una gran bolsa blanca hecha de papel y a lo que ellos llamaron “El embolsamiento”. John se cobijó en Yoko y se enamoró de la artista que fue moldeando al hombre-niño y que le enseñó a vivir con su individualidad. Lennon reafirma lo esencial que es para el hombre el amor de la femeneidad, nos transforma de adentro hacia afuera, nos reconcilia con nosotros mismos y jamás dejamos de ver en la mujer la protección materna. (continuará)


1 comentario:

  1. EN VERDAD QUE YOKO LE HIZO MAS BIEN QUE MAL A JOHN, QUE NO?-----BONNIE----

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