martes, 20 de abril de 2010

Mucho ayuda el que no estorba (Parte I)

Yo tenía 19 años de edad y corría el verano de 1998; mi hermano menor Ricardo, había sido invitado a la fiesta de cumpleaños de una amiga de la infancia, Tania. Esto implicaba que si él estaba invitado a tal celebración, de manera automática Rafa (mi hermano mayor) y yo, también lo estábamos y por consiguiente nuestra bola de amigos. Debo decir que algunos de tal bola de esos amigos eran también de Tania debido a que cursaron juntos la secundaria. Aquella tarde del sábado, recuerdo que futbolero de liguilla, porque antes de salir de casa vi un partido, mas no recuerdo quiénes habían jugado. Al terminar de ver el juego, Ricardo y yo nos fuimos caminando a casa de Andrei en Colina del Sur, pues éramos casi vecinos, además de que ahí sería el punto de reunión antes de la fiesta, ya que la casa de Tania quedaba a una cuadra de la de Andrei.
Mientras esperábamos a que fuera llegando la banda, fuimos por unas cervezas a la tienda para aclimatar la garganta. Después de un rato fueron llegando poco a poco: Daniél "El Matas" Vernon, Juan Marcos Brandi mejor conocido como "La Perra", Marco Antonio Gallegos alias "El Mark" y Misael "Misha" Gallegos el cual portaba esa tarde un anillazo de calaca, cabe aclarar que todos estos menores de edad, pero Misha apenas de 12 o 13 años si no mal recuerdo. Debo decir que Ricardo en ese entonces era mejor conocido como "El Juez" puesto que tenía el cabello largo y cuando se lo desamarraba o lo dejaba suelto, su cabellera lucía como la peluca de algún juez de la corte inglesa del siglo XVIII; yo por mi parte era y soy conocido aún por mi apodo que tengo desde niño "El Rorro", aunque ya con el tiempo ha tenido sus variantes como: "Ro", "Ru", "Rox" "Roy", "Rock", "Podrigo" o últimamente cuando me saludan: ¡Qué pedo-Ro!
Una vez terminado el precopeo en casa de Andrei, el cual estuvo algo fuertezón, decidimos ir a la fiesta en casa de Tania. Su casa estaba dentro de una especie de minifraccionamiento vertical que se componía de tres casas y la pachanga era abajo, en el estacionamiento, aunque la música provenía de la casa de Tania. Ella nos recibió muy gentil y atenta, nos ofreció de beber a los siete; por supuesto y como todo grupo de amigos que llegan a una fiesta, nos mantuvimos unidos en una esquina, cual manada. Al poco rato llegó Rafa (mi hermano mayor) con Oscar, otro amigo. Conforme avanzaba la fiesta, también iban llegando más invitados que por supuesto no conocíamos pero entre ellos sí se conocían, al parecer eran de la prepa, el Cuam. Era claro que éramos los extraños, los otros.
Ya después de un rato y con varios tragos encima, nos fuimos soltando, tomamos confianza y el grupo ahora ya no sólo estaba en una esquina sino que nos fuimos distribuyendo a lo largo del estacionamiento y charlábamos, bebíamos y hacíamos bromas. Estábamos pitorreando, cuando llegó un sujeto que tenía una cabeza con una frente protuberante, al igual que sus cejas por lo que fue objeto de burlas y chistes casi de inmediato. Vimos que Tania, la anfitriona, lo saludó con un beso en la boca y por supuesto supimos que se trataba de su novio. Después de un rato Tania y aquel tipo de frente ancha más no amplia, se acercaron a la bolita en donde nos encontrábamos mis hermanos, Oscar y yo, los demás estaban esparcidos en la fiesta; ella nos lo presentó, supuse que él tampoco era del Cuam porque se veía mucho más grande que ella y se quedó a charlar con nosotros, en especial con Rafa y Oscar, quienes para ese entonces cursaban la carrera de Ciencias de la Comunicación y creo que el tipo de la frente y ceja voluminosa también la estudiaba.
En fin, fui por un trago para saciar esa maldita sed (cual frase del Arty) y al volver, Rafa, Oscar y el de la frente inflamada, el cual llamaremos "Vincent" (por su parecido al personaje de la serie de televisión La Bella y La Bestia), traían una acalorada discusión, el tema recuerdo que era la liguilla del futbol mexicano, más en concreto sobre el partido de repechaje entre Toros Neza vs América. Resultó que Vincent era un gran fanático del América por lo que a ni Rafa ni a Oscar y posteriormente ni a mí ni al Matas nos agradó eso, puesto que somos fieles seguidores de los colores universitarios de los Pumas. Por eso que el apoyo anímico sería con el equipo de Neza, el cual ya había tenido una campaña estupenda en el año de 1997 donde hasta todo el equipo se había teñido los cabellos de rubio y salían a la cancha con máscaras de luchadores para la foto, eran provocativos y su juego osado y divertido, torneo en el que llegaron hasta la final que perdieron contra Chivas.
Las bebidas se seguían sirviendo, al igual que continuaba la plática densa por el partido; Vincent apoyaba al América, su equipo y Rafael se burlaba de la Gallina y alentaba a Toros Neza e igualmente nosotros con él. A Vincent no le gustaron los chistes hacia su triste equipo y la discusión se tornó aún más tensa cuándo a Vincent se le ocurrió, como decimos "darle el avión" a Rafa, diciéndole: -Sí, sí ya, ya wey-, mientras le daba golpesitos en la espalda, a lo que mi hermano respondió con voz pastoza: -No. no me toques cabrón-. Tania, al parecer vio lo que sucedía a la distancia por lo que tuvo que ir por su novio.
Tania se llevó al otro lado del estacionamiento a su ya medio borracho galán, lo dejó con una bolita de amigos, volvió con nosotros y dijo: -Ay perdón, pero ya me lo llevé para que no haya problemas- y regresó con él, sin saber lo que se suscitaría después. Rafa aún estaba molesto con ese tipo por lo que no le quitaba la mirada de encima, así que para calmar su enojo, mi hermano se acercó a la reja del estacionamiento y comenzó a soltarle golpes mientras se movía de un lado al otro sobre las puntas de sus pies, como si estuviera entrenando. Continuará...

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