lunes, 7 de junio de 2010

Mucho ayuda el que no estorba (final)

Por el primero que fueron fue por Rafa, mi hermano mayor, al parecer ya lo tenían checado, asi que entre tres tipos lo sujetaron de los brazos, inmovilizándolo y agachándolo y uno cuarto lo pateaba en el pecho y en la cara; por supuesto que ninguno de nosotros vio aquel certero ataque, pues en aquel momento ya todos estábamos replegados, peleando a excepción de Oscarito, quien sí presenció cómo amagaban a Rafael, que los amenazaba en entrecortadas frases por los golpes. Misha con su anillazo de calaca, estaba parado cerca de la escalera y recibía con derechazos a cualquiera que bajara. El Juez y Mark se madreaban con los dos amigos que habían bajado junto con el gordo-pelón, el cual seguía en el suelo, siendo sujetado por el cuello por Andrei mientras éste le decía: "Tú no sabes con quién te estás metiendo, no ves que somos de la Santa"; hasta hoy no sé qué es la Santa. Perra también peleaba, al igual que El Matas que en un momento se fue a estrellar contra mí, confundiéndome con el enemigo, pero de inmediato se dio la vuelta y siguió en busca de combate.
Yo, sin nadie con quién pelear y aún con mi vaso en mano, decidí darle un patadón en las nalgas a un tipo que estaba peleando con uno de mis amigos, no recuerdo con cuál. Al parecer, tal patada la vio un tipo más alto y robusto que yo y sin vacilar se dirigió a mí, dispuesto a madrearme, tomé un trago y sólo esperé lo inevitable; cuando estaba a punto de soltarme el golpe, alguien, de mis amigos, no sé quién, lo tomó por atrás, sometiéndolo con un giro y lo alejó de mí. Así que, volví a tomar otro trago, exhalé, vi hacia la campal, tiré el alcohol, me limpié la boca con el antebrazo y con un grito combativo me abalancé al tipo que me acababan de quitar y lo surtí a puñetazos en la nuca.
Mientras, Oscarito veía desde la calle la pelea y también, cómo a Rafa lo seguían surtiendo a patadas, quien con gritos ahogados, le decía a Oscar: "Osc... ayuda... cabrón...". Cuando Oscar se decidió a entrar a ayudarlo, El Matas se estrelló contra dos de los tipos que sometían a Rafa, pero lograron escapar hacia arriba, a la casa de Tania, aún así el brazo derecho de Rafael, se liberó y soltó un volado que impactó en el rostro del tipo que sujetaba su brazo izquierdo, vale decir que en el viaje del derechazo, alcanzó a pegarle al propio Matas, quien de inmediato expresó: "Yo shoy de los tuyosh, güey".
En aquel momento los cuameros imberbes habían despertado a la bestia dentro de Rafael. Yo mientras tanto, me dedicaba a carroñear: golpeaba a los que ya habían sido madreados por mis amigos. Es así que, en mi andar etílico vi cómo Rafael surtía a puñetazos al sujeto que le había neutralizado el brazo izquierdo y que no logró escapar, me acerqué a Rafa y le dije que el tipo estaba noqueado y que lo soltara, así lo hizo, lo aventó hacia mí y de inmediato se subió hacia casa de Tania en busca del tipo que lo había pateado. Entonces, como yo estaba sujetando a aquel tipejo noqueado, decidí comenzar a recetarle unos buenos madrazos en el rostro, éste se cayó de lado y como no pude contener su peso, caímos los dos: aquella acción me indignó de tal manera que por un momento pensé en dejar de tomar.
Se escuchó algo así como "No, pus ya estuvo, güey", miré hacia donde estaban mis amigos y vi como Misha se acomodaba su anillo de calavera y luego me ayudaba a levantarme. La pelea había terminado en el garage, pero Rafael aún estaba arriba, así que subí y al entrar a la casa vi cómo Rafa aún buscaba a su agresor y una vez que lo halló, le soltó un puñetazo en la cara, haciendo que escupiera un diente ante la mirada de los que estaban en la casa; una vez hecho esto, me encontró en la puerta de la casa y bajamos juntos.
Estábamos a punto de salir del estacionamiento, donde había sido la fiesta y la campal, cuando alguien le hizo notar a Rafa que su camisa estaba rota y le faltaban botones, así que él mismo se la quitó y comenzó a gritar, cual William Wallace de Mel Gibson, hacia la casa de Tania en señal de victoria ante tal combate. Al salir, vimos que del otro lado de la reja, se acercó el gordo-pelón y dirigiéndose al Juez, comentó: "Peleas bien, güey", alargando el brazo por uno de las aberturas de la reja para estrecharle la mano, acción que respondió el Juez, pero Rafa logró meter un brazo, agarró al gordo-pelón de la nuca y le estrelló la cara contra la reja, terminando con la que ahora es una frase memorable en la familia "No te metas con mi hermanito", el gordo asintió con la cabeza, aún con la cara aprisionada y sollozando saliva y sangre.
Cada uno contaba su versión de la pelea mientras nos alejábamos de la fiesta y alguien le preguntó a Oscar que por qué no había entrado a la madriza campal a lo que Oscarito con manos en las bolsas del pantalón y alzando los hombros, respondió: "Pues es que mucho ayuda el que no estorba, güey".

1 comentario:

  1. Tardaste mucho con tu segunda parte Rodrigo. Muy entretenida la historia. Saludos

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