jueves, 21 de octubre de 2010

Todo México es territorio Slim

Cuando entré a trabajar a Mix Up, recuerdo que tuve que dejar los papeles hasta la calle de Marina Nacional, oficinas del Grupo Carso. Una vez ahí, la recepcionista, quien nunca me miró a los ojos y con voz nasal, me indicó el piso donde tenía que subir y la dirección que debería tomar al salir del ascensor. Hecho esto, llegué hacia una hilera de tipos igual de melenudos que yo, además de algunas mujeres; parecía más bien la fila para un concierto de Ozzy Osbourne que de solicitud de empleo. Íbamos entrando en grupos de 10 personas a un salón, una vez ahí, se tenía que llenar un cuestionario: éxamen sicométrico. Al terminar, había que meterlo a un contenedor y al salir del salón, nos dirigian a una sala de estar. Después de unos minutos, salió un tipo muy enérgico y optimista con un traje azulmarino, viejo, brilloso por su deplorable estado y comenzó a dar su discurso. El contraste del trajeado entusiasta y los greñudos que estábamos en la sala era flagrante. En pocos minutos su oratoria barata y él se tornaron en el hazmerreír y no tardaron las expresiones y risas burlonas ante tal ridículo personaje, una vez que trató de interactuar con los que nos encontrabamos ahí.
Yo necesitaba el trabajo, así que sólo me dediqué a reir y escuchar los comentarios que se hacian. Admito que tuve que contenerme para no emitir ningún comentario o chiste hacia aquel peculiar individuo, pues me percaté que en la sala se encontraban espejos, no muy grandes, en dos de las paredes de la sala; era claro que por alguno de los dos observaban los reclutadores de recursos humanos.
El ejecutivo optimista terminó su participación y salió. Al pasar de varios minutos, entró una mujer de traje sastre con una hoja en la mano, indicando que los nombrados tendrían que presentarse al día siguiente a tal hora. Al parecer, aguantarme las ganas de burlarme de aquel pelmazo dio resultado, pues aparecí en la lista. La mañana siguiente llegué a Grupo Carso para comenzar un curso que basicamente trató de la utilización de excel, etiquetar discos y darlos de alta en el sistema de compra, pues yo iba a estar en bodega, lo cual me agradó bastante. Me dieron dos playeras, un gafete algunos papeles y me fui. El primer día de trabajo llegué a la tienda Mix Up (Centro Comercial Santa Fe), me asignaron un lugar en el almacén, me presentaron, me asignaron un locker y me explicaron cómo utilizar la plantilla de boletos para la comida, y otra para el transporte.
A la hora de la comida, los trabajadores de Grupo Carso pueden ir a canjear sus boletos al comedor para empleados en Sanborns, por supuesto esta planilla la dan cada quincena, aunque más que darla, la venden, pues viene incluída en el salario. En poco tiempo supe que los trabajadores, incluyendo los que laboraban en la cocina de Sanborns guardaban sus boletos para luego venderlos a gente de otras tiendas dentro del centro comercial que no tenían servicio de comedor; práctica que también llevé a cabo, pues al comer en la cocina me di cuenta de las acciones insalubres que ahí se realizaban: como recomendación, sugiero nunca pedir sábana de res . Con respecto a los boletos de transporte era muy distinto; a las 7 de la noche comenzaban a salir autobuses de la plaza hacia el metro Tacubaya, Observatorio y otro destino que no recuerdo, hasta la 11 de la noche. Este servicio lo da el Centro Comercial Santa Fe a todas las tiendas por lo que ahí no aplicaba el negocio de los boletos. (continuará)

1 comentario:

  1. wow ke interesante hiostoria y luwego ek paso?????? ke mas pasa ai o com se vive ai dentro o ke

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