sábado, 30 de octubre de 2010

Todo México es teritorio Slim II o Entre tocayos

Mientras estuve en el almacén de Mix Up pude ver que el mecanismo de compra y venta de discos era muy sencillo. Obvio, si tal artista vendía mucho, el pedido a las bodegas de las disqueras era mayor o si había un nuevo lanzamiento de algún artista que la disquera consideraba su carta fuerte, atiborraban las tiendas con ese nuevo material no importando si fuese malo o bueno; lo que interesa es el mercadeo, el negocio.
Debo decir que la famosa payola en la radio, también repercute en las distintas tiendas de música. Por ejemplo, después de dos semanas de estar trabajando en Mix Up, me anunciaron que Martín Ricca (un gargajito proveniente de Argentina que enajenaba a las adolescentes mexicanas con una canción llamada "Cupido", una verdadero patadón en las pelotas) iba a realizar una especie de tour por distintas tiendas Mix Up y en la que iniciaría su mini-gira, sería en la de Santa Fe. Días antes, Sony Music, la disquera que arreglaba esa pifia, se encargó de forrar la tienda con fotos del artistilla y ordenó que el disco de Martín Ricca se pusiera como el más vendido por encima de los de Gorillaz, el grupo vocal francés Les Rois du mond y su balada "Roméo et Juliette" y Depeche Mode con su disco "Exciter", quienes encabezaban las listas de ventas en ese entonces. El encargado en turno de la tienda en aquel momento, no titubeó ante tal orden, por supuesto proveniente de las oficinas de Grupo Carso, además del ofrecimiento de una "recompensa" por parte de la disquera Sony Music hacia las tiendas Mix Up participantes que mejor desempeño tuvieran durante el evento. Nunca se supo cuál de las tiendas que estaban dentro de la supuesta gira se llevó dicho premio.
Esta práctica "payolera" de Grupo Carso, en concreto del señor Slim aún la seguimos viendo en sus distintas tiendas. (Sanborns, Mix Up, Telmex, etcétera). Como ya se sabe, Carlos Slim es un gran admirador de Shakira. Este año la fundación Carso A.C. le inyectó 110 millones de dólares a la Fundación Pies descalzos que preside Shakira, por supuesto que esto conlleva a ciertos intercambios por parte de estos dos personajes: tanto Slim como Shakira se recargan el uno del otro para promover sus acciones filantrópicas; ganan prestigio internacional; generan interés en accionistas y empresarios; todo el tiempo son rentables y los más importante, provocan una imagen popular de buenos samaritanos hacia la sociedad, la misma que compra y escucha los discos de Shakira. Sí, porque tanto en la radio como en la televisión, en las tiendas del señor Slim y anexas, así como en promociones de celulares de Telcel, se promueven productos con música de Shakira o Juanes o Belinda o Alejandro Fernández, concretándose un intercambio de interéses.
No pongo en duda las buenas intenciones del señor Carlos Slim al querer contribuir con la sociedad latinoamericana, uniéndose a causas de algunos personajes de la farándula, así como de la cultura, pues siendo el hombre más rico del mundo, tiene una deuda moral con la gente y consumidores que lo han enriquecido. Está el caso del edificio del Museo del Estanquillo que por tantos años Carlos Monsiváis peleó porque se lo regalaran con berrinche y pataleta. Exigiéndole al CONACULTA y al INAH e inclusive acudió a su gran amiga Elena Poniatowska para que le comentara a su amigazo y entonces jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador, quien les condicionó que buscaran un albacea, un aval para que les patrocinara dicho recinto y así todo estuviera "bajo la ley". Fue así que Carlos Monsiváis buscó a su tocayo Slim para que le financiara su caprichito, maquillándolo a manera de financiamiento para rescatar el edificio y crear un fideicomiso cultural para el mantenimiento del lugar y así se hizo.
No olvidemos que durante el sexenio salinista se creó el CONACULTA, consejo que se implantó por las presiones de los más influyentes personajes de la cultura en México como Octavio Paz, Carlos Monsiváis, Elena Poniatowska, Sergio Pitol, además de otros, hacia el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari. Idea que en su origen, constituía la creación de una Secretaría de Cultura, idea que Salinas descartó de inmediato, pues supo leer bien las intenciones de poder que estas personas deseaban y en el peligro que podía convertirse dicha secretaría, durante su sexenio; así que sólo les decretó un Consejo Nacional para la Cultura y las Artes que al fin y al cabo se transformó en una pequeña secretaría de estado para la cultura en este país.
También en el sexenio de Gortari, como ya sabemos, se privatiza Telmex y es ahí cuando Slim entra de lleno en la vida pública del país. Es claro que Salinas le deja la puerta abierta a Slim para la compra de Telmex: la venta fue hecha a través de una subasta pública el 9 de diciembre de 1990. Uno de los requerimientos determinantes era que la propiedad mayoritaria quedara en manos mexicanas, muy conveniente para lo que el señor Salinas quería que era que el comprador fuera mexicano y es cuando Grupo Carso (un grupo en ese entonces no tan poderoso) compra las acciones mayoritarias de Teléfonos de México. Por supuesto, el ex-presidente Salinas no se equivocó; dejó en manos su nueva compra a uno de los mejores empresarios de la historia de México: Slim Helú.
Durante la creación del CONACULTA, Carlos Salinas compra una "paz" entre los intelecuales de este país, entregándoles becas, financiamientos, provenientes de las arcas públicas, del FONCA, así como también Carlos Slim a través de la Fundación Telmex y fue como se mantuvo una relación cordial entre el presidente, el empresario y los intelectuales del país. Es así que en la cúspide del salinismo se relacionan los tres Carlos (Monsiváis, Salinas, Slim), separando el primero de los otros dos. Pues a sabiendas de que el primero despotricó en contra del segundo al término de su mandato; mientras que el tercero continuó teniendo relación con los dos primeros, cumpliendo con sus caprichos, sin descuidar ninguna de las dos amistades. (continuará)

2 comentarios: