lunes, 7 de noviembre de 2011

Primarios primitivos

Ya para culminar este pequeño, pero sustancioso análisis simpsonpicapiedrero, fpasaremos al mundo Simpson, con su particular color de piel, digamos que es un gran acierto. Llama la atención al ser un color primario. De los colores básicos los otros dos, el azul y el rojo, resultan por comparación menos “naturales”. Esta correlación se mantiene dentro de un campo cromático donde los colores primarios saturados se usan como acentos. En cierto sentido es una exploración de los hallazgos de Mondrian (pintor vanguardista holandés de principios del siglo pasado), donde el rojo, el amarillo y el azul pueden constituir la totalidad de la expresión plástica, acompañados por el blanco y el negro .

En la caricatura no se necesita tal sobriedad de medios, pero sí encontramos estos colores como ejes de la composición cromática. Los Simpson lograrán convencernos de una piel amarilla al moverse en un ambiente cromático saturado, con descansos de superficies blancas o colores diluidos pero no matizados. El azul del pelo de Marge, el rojo de la camiseta de Bart y el vestido de Lisa; la blanca camisa de Homero, sus amarillas carnes; en esta correlación de colores la no-naturalidad del conjunto presta verosimilitud al conjunto. El recurso del color logra lo mismo que en Los Picapiedra: el entorno prehistórico que de alguna manera lo capta nuestro lado artístico y sensitivo del cerebro.

Para reírnos de nosotros mismos es más fácil hacerlo con una versión diferente de nosotros mismos, sin duda. Esta es la función del vestuario y el maquillaje exagerado de los comediantes. El realismo es más dado al sentimiento trágico. Podemos reír de los desajustes y los cambios culturales en los suburbios de los años sesentas si lo transformamos en piedras talladas en forma de casas y troncomóviles rodando con tracción humana. Podemos burlarnos de un mundo, donde la gente ha pasado a ser amarilla (nada personal contra los asiáticos; bueno, contra los chinos, sí, pinches chinos). Son humanos pero no tanto.
 
En estos mundos alternativos podemos tomar distancia de las figuras paternales de autoridad. De ese padre, o ése nosotros mismos, demasiado machista para la era contemporánea. Ironizar ser flojos o glotones, burlarnos de no comprender los cambios. Nos reímos de Homero, estamos contra Homero y, a la vez, podemos ser un poco o un mucho Homero. Al final, se nos ofrece una solución; pues sea Homero Simpson o Pedro Picapiedra, se superarán los conflictos. Cederán un poco; comprenderán las cosas, harán lo correcto, a pesar de sus evidentes limitaciones, lo cual es un gran avance.

La trama perdida
La mayoría de los capítulos de los Simpson inician apuntando a una historia que es abandonada a los pocos minutos de programa, tal como abandonamos las reflexiones sobre el internet al comienzo de este ensayo hace tres semanas,¿lo recueerdan?. Suele suceder.

2 comentarios:

  1. Muy buena reseña y buena observación, ahora que lo mencionas, es cierto, empiezan con una historia y luego acaban con otra!!!!
    Bonnie Caro De De Sahagún

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  2. Estamos mucho peor que antes de salir de la caverna, lo mejor que podemos hacer es volver a ella. Si no nos viene un Mad Max, de mucho temer.

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